z_Análisis de obras de arte

La lectura y el análisis de una obra de arte permiten comprender la forma de pensar y de ver el mundo de un artista, de un período o de una sociedad.
Para aquellos que quisieran obtener explicaciones sobre mis obras, esta rúbrica les permitirá saber más.
He querido, igualmente, rendir homenaje al trabajo de artistas que han ejercido una influencia en mi recorrido artístico:

Aquí encontrarán una síntesis de sus trabajos así como su biografía.

El enfoque de la obra

La posición que el espectador -real o virtual- ocupa en el arte presenta varias dimensiones, entre la incitación del artista, la apropiación de la obra y el desarrollo de una cultura, ya sea individual o colectiva. Por ejemplo, la constitución de un patrimonio. De hecho, el arte es concebido por el artista pero también por el espectador, gracias a su percepción única que aporta a la obra un carácter presto siempre a ser redescubierto. El público justifica en parte el arte, lo hace existir y le da sentido; la obra de arte es producida para ser contemplada.
El espectador es activo en la reducción de la distancia que existe entre él y la obra, incluso si no puede jamás asimilarla por entero. En otras palabras, el espectador debe admitir que no puede conocer la esencia del arte como la concebía Platón en el siglo V, A.C.
Más allá de las sensaciones, la apreciación de las obras de arte pone de manifiesto la voluntad, los conocimientos adquiridos, la dependencia de contextos. Por otro lado, el problema del relativismo obliga al espectador a comprender más o menos ciertas obras.
El enfoque del espectador frente a la obra de arte implica dos procesos: el llamado a los sentidos, el acto sensorial, es decir, ver, escuchar, etc; y el otro proceso o tendencia añade a la sensorialidad la atención deliberada frente a la obra, el todo que debe llevar a la reflexión.
En ese segundo enfoque intervienen la inteligencia, la comprensión, la sensibilidad y el juicio, cosas que varían según la persona. Así el espectador puede sentir, además de placer estético, desagravio o ambigüedad; será incitado a cuestionarse no solamente la obra en sí misma, es decir sobre el soporte elegido por el artista, el contexto de la creación, etc, pero también sobre lo que evoca en él la obra de arte, en relación a lo que ha sentido anteriormente o a su conocimiento teórico. Esto lo conducirá luego a establecer problemáticas en relación con esa obra y concernientes al arte en general.